Dibujar frente a las personas ofrece algo único. En este tiempo, donde es común pasar más tiempo frente a pantallas que con personas, estar dibujando cuerpo a cuerpo es toda una declaración de intenciones.
Mi forma de hacerlo es con la pretensión de que la persona se mantenga en una sensación, en un pensamiento, y mi trabajo es plasmarlo. Son trabajos de corta duración, la concentración que requiere tanto para quien es dibujado como para mí me exige trabajar de una forma directa y de resultados rápidos.